Comunidad científica anticipa que las observaciones emitidas por servicios públicos con competencia ambiental al proyecto de expansión portuaria de San Antonio, podría implicar su judicialización, llegando incluso a la Corte Suprema.
Expertos en infraestructura y medioambiente analizaron los impactos y alcances del proyecto Puerto Exterior San Antonio en el encuentro organizado por el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales Universidad Católica en conjunto con Fundación Cosmos, con el cual dieron inicio a un ciclo de conversatorios sobre los principales desafíos que enfrenta la provincia de San Antonio en materia de desarrollo de infraestructura, metropolización y conservación de ecosistemas de alto valor socioambiental, como el Santuario de la Naturaleza Humedal Río Maipo, lagunas de Llolleo y su área de influencia.
El panel del seminario online denominado “Megapuerto y medio ambiente: ¿es compatible con el desarrollo sustentable?”, estuvo integrado por Ximena Insunza, abogada del Centro de Derecho Ambiental (U. de Chile); Carolina Rojas, académica del IEUT-CEDEUS; Carlos Cruz, secretario ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI); y Javier Escartín, ingeniero y especialista en Transporte Marítimo y Gestión Portuaria. La conversación fue moderada por Diego Urrejola, director ejecutivo de Fundación Cosmos.
En el encuentro también se conocieron experiencias internacionales sobre la instalación de infraestructuras portuarias aledañas a ecosistemas humedales, además de los desafíos en políticas públicas en materia de diseño estratégico de infraestructura portuaria y la necesidad de perfeccionar la institucionalidad de evaluación ambiental de Chile para garantizar la compatibilidad de este tipo de proyectos con la conservación ambiental.
Al respecto, Ximena Insunza, abogada del Centro de Derecho Ambiental de la Universidad de Chile, se refirió a la capacidad que tiene la institucionalidad ambiental para canalizar un proyecto de la magnitud del Puerto Exterior y aquilatar todas las dimensiones de su impacto territorial. “¿Es hoy día el SEIA el instrumento idóneo para hacerse cargo de un megaproyecto como el Puerto Exterior de San Antonio?, yo creo que no. Recordemos los casos de Castilla, Dominga y Punta Alcalde, que solo confirma la necesidad de tener una política de infraestructura portuaria y una legislación ambiental que evalué estos megaproyectos a nivel de impacto ambiental, social y económico en su conjunto”.
Sobre el proyecto Puerto Exterior, agrega que “tenemos un proyecto que se instala en un territorio que tiene una serie de dimensiones de protección que lo que van a hacer es tensionar el sistema, lo que provocará una reclamación administrativa, para luego pasar al Tribunal Ambiental y finalmente determinar la aprobación o rechazo del proyecto en la Corte Suprema”.
Por su parte, Carlos Cruz, secretario ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), advierte que un elemento central para el crecimiento del país es la capacidad de vincularse a mercados exteriores, donde el puerto constituye una herramienta fundamental, como política de Estado. En este punto, se refirió a la inserción de los puertos en el entorno territorial, donde a su juicio, falta avanzar. “Necesariamente, los proyectos tienen que ser sustentables, porque hoy nadie podría imaginar un proyecto que no cumpla con esta condición. Tienen que ser proyectos inclusivos que incorporen a todos los actores relevantes y hacerse cargo de los costos que pueden representar, además de tener un componente de transparencia”.
El secretario ejecutivo del CPI comenta que “llama la atención que un proyecto de estas características, definido como estratégico por el Estado, tenga observaciones de agencias que son del propio Estado. Algo no estamos haciendo bien desde el punto de vista de la arquitectura institucional para desarrollar estas iniciativas. Nuestra institucionalidad nos queda chica”.
Frente a la pregunta que plantea el webinar sobre la compatibilidad entre infraestructura portuaria y desarrollo sustentable, Javier Escartín, ingeniero y especialista en Transporte Marítimo y Gestión Portuaria, afirma que sí es posible, en vista de ejemplos internacionales como la ampliación sur del puerto de Barcelona, contigua a un área de conservación. “Sí es factible, pero se tienen que hacer bien las cosas. Existen experiencias al respecto como en el caso del puerto de Barcelona, similar en dimensiones al Puerto Exterior, en que se han tomado medidas mitigadoras como creación de playas y nuevas lagunas, no solo para mantener la calidad ambiental, sino que incluso mejorarla”.
Destacó, además, que “en los últimos años se ha avanzado en la predicción de los efectos del cambio climático sobre variables oceanográficas. Hoy, cualquier infraestructura, como el caso del Puerto Exterior, tiene en cuenta estos estudios y modelos. Existen herramientas para medir estos valores y se deben hacer considerando que la infraestructura tiene que durar 50 años o más, en una situación muy cambiante”.
Como contrapunto, Carolina Rojas, académica del IEUT-CEDEUS, explica que la compatibilidad del megapuerto con la conservación del ecosistema Humedal Río Maipo, “solo sería posible si estos emplazamientos no van a intervenir en ciertos parámetros que tienen los humedales costeros que son muy relevantes, como la capacidad de capturar metano y carbono que tienen estos humedales, que, por cierto, están conectados con otros ecosistemas costeros como las lagunas de Llolleo y el humedal El Yali. Por ejemplo, si en el marco de la construcción del puerto se realizan cambios topográficos, estos parámetros necesariamente van a cambiar. Falta mucha modelación de los impactos y cómo se vinculan con el cambio climático”.
La académica también recalca la necesidad de perfeccionar la institucionalidad ambiental y plantea que “subsanar las observaciones del Puerto Exterior a través de la institucionalidad vigente se puede hacer, pero hay aspectos de cambio climático que no se pueden resolver así. La erosión de la playa, marejadas o cambios en sedimentación, se deben abordar con innovación. El proyecto tendría que incorporar otro tipo de infraestructura como las soluciones basadas en naturaleza que pueden ayudar a reducir impacto de riesgos naturales, mejorar la calidad del agua o enfrente los cambios en el nivel del mar”.
Revisa el webinar “Megapuerto y medio ambiente: ¿es compatible con el desarrollo sustentable?